Irrigación nasal en rinitis alérgica

Rinitis alérgica e irrigación nasal

Dr. Antonio Mimoso, colegiado nº 54436

Una de las medidas terapéuticas que pueden ayudarnos a luchar contra los síntomas de la rinitis alérgica es el lavado nasal. Te explicamos por qué es eficaz y cómo puede ayudarte.

Congestión nasal en la alergia

La alergia es una reacción por hipersensibilidad a una determinada sustancia (alérgeno). En el caso de la rinitis alérgica, esta hipersensibilidad se debe a alérgenos aéreos, es decir, que se encuentran en el ambiente y entran en contacto con nuestras fosas nasales al respirar. El polen, el polvo o el pelo de animales son alérgenos habituales en rinitis.

La rinitis alérgica se manifiesta mediante congestión nasal, rinorrea (exudado nasal acuoso), lagrimeo, picor, estornudos y, en casos severos, rinosinusitis. En la rinosinusitis se inflaman no solo las fosas nasales, sino también los senos paranasales, y puede sentirse como una intensa congestión acompañada de presión en los pómulos y/o la zona entre los ojos.

¿Qué beneficios aportan los lavados nasales en rinitis alérgica?

La mucosa nasal tiene como función atrapar todas las partículas que se encuentran en el aire, incluyendo microorganismos, e impedir que lleguen a las vías aéreas profundas. Se trata de una primera barrera contra las infecciones. Por eso, en esta zona pueden llegar a acumularse grandes cantidades de alérgeno.

La irrigación nasal proporciona alivio en la rinitis alérgica porque reduce de forma directa y no agresiva la carga de alérgenos en las fosas nasales. La evitación del contacto con el alérgeno es la primera medida a tomar y la más eficaz para lograr un alivio de los síntomas. Por eso, los lavados nasales rutinarios durante las épocas en que estemos en contacto con el alérgeno son un excelente adyuvante terapéutico al uso de fármacos y otras medidas higiénico-sanitarias.

Cómo conseguir una irrigación nasal eficaz para la rinitis alérgica

Si padeces rinorrea, rinosinusitis o rinitis de tipo alérgico con frecuencia, es recomendable que consultes con tu médico cuál es el alérgeno o alérgenos que más te están afectando. De esta forma, podrás prevenir su contacto y tomar medidas.

En función del tipo de alérgeno que te esté afectando y de tus necesidades, puedes realizarte lavados nasales en distintos momentos:

  • Diariamente de forma rutinaria, antes de ir a dormir si la congestión te afecta sobre todo por la noche.
  • Después de un contacto intenso con el alérgeno, por ejemplo, al regresar de un paseo si tienes alergia al polen.
  • Si tienes pautado un tratamiento tópico para la alergia (spray), es recomendable realizar un lavado nasal con solución salina antes de la aplicación del medicamento, para que el producto se absorba

El lavado nasal contra la alergia deberá ser abundante para lograr una irrigación de todas las zonas de las fosas nasales donde pueda haber alérgeno adherido. Puedes ver aquí cuál es la manera correcta de realizar un lavado nasal.

¿Quién puede verse más beneficiado por la irrigación nasal para la rinitis alérgica?

Los estudios han demostrado que todas las personas con rinitis alérgica pueden mejorar sus síntomas mediante el uso de la irrigación nasal. Puede utilizarse junto a un tratamiento farmacológico (por ejemplo, un antihistamínico) para potenciar los beneficios.

Por otro lado, las personas que tienen limitadas sus posibilidades terapéuticas porque no pueden tomar ciertos medicamentos, encontrarán en el uso de soluciones salinas un aliado contra sus síntomas:

  • Embarazadas
  • Niños
  • Ancianos
  • Personas con enfermedades crónicas o polimedicadas

Consulta con tu farmacéutico las opciones de irrigación nasal para encontrar la que más te convenga.